Para mí

Hola Carlos,
Espero que te encuentres bien, aunque sea algo egoísta por mi parte deseártelo ya que soy tú pero con algunos años menos.
¿Qué tal están María y los niños? ¡Bueno, de niños nada claro, hombre hechos y derechos, supongo! ¿Y tú (o yo), cómo estás?
Pero empecemos por María. Cuídala mucho y sigue amándola como la amo (amas) hoy. Espero que así sea pero que se lo demuestres más de lo que lo hago yo hoy. De hecho, si cuando recibas esta carta (si la recibes) no está junto a ti, gran parte de culpa la tendré yo y mi falta de atenciones hacia ella. Tienes mi palabra de que intentaré enmendarme. Sin embargo no olvides que siempre la has amado con locura y ella a ti también.
Y, ¿qué tal Carlitos? ¿Qué es de su vida? Te recuerdo que hoy, con tres años, es encantador. Tiene un gran corazón, es simpático y te adora. Le encanta hacerte travesuras y a ti te encanta que te las haga. Jugáis mucho y disfrutáis los dos como dos niños. Si cuando leas esta carta las cosas no van como debieran, acordaos de esto. Abrazaos y dad a las cosas la importancia que realmente tienen. No arruinéis esta bonita relación.
Lo mismo te digo de Jordi, hoy es un bebé que no para de sonreir y que te busca en cuanto oye tu voz. Mantenlo a tu lado.
Te recuerdo que hoy intentas educarlos en la libertad y la tolerancia. No te preocupan sus profesiones, sus tendencias sexuales, sus opiniones políticas o religiosas, ni el nivel económico que consigan. Tampoco te interesa el de sus amistades como tampoco su raza ni religión.
Hoy sólo te importa que lleguen a ser excelentes personas, que sean amigos de sus amigos, tolerantes, abiertos, sociables, y competentes en el trabajo que decidan ejercer.
¿Me consideras un iluso? Espero que no, de todo corazón.
Y ¿qué me dices de ti? ¿Has conseguido tus metas personales y profesionales? ¿Las cambiaste?
Hoy, te recuerdo, sólo te importa tu familia, conservarla y dar el apoyo a tus hijos para su desarrollo personal. Te importa María, que de vez en cuando te reclama más atención de la que le prestas (presto). Y os importan vuestros hijos en los que volcáis toda vuestra energía y atención. Deseo (egoístamente) que lo hayas conseguido.
No puedes enviarme una cápsula al pasado para contestarme, así que me armaré de paciencia y esperaré unos años a ver si lo conseguí o conseguiste en el futuro.
En el camino te/me prometo hacer todo lo posible para que cuando la lea, pueda hacerlo con el orgullo y la satisfacción de haberlo conseguido.
Un abrazo muy fuerte.
Carlos, es decir tú, es decir yo.